Apellániz Martínez y colaboradores profundizan en el impacto del confinamiento en el sueño de niños y adolescentes, un tema que ha recibido poca atención hasta ahora. Este estudio busca arrojar luz sobre cómo las restricciones debidas a la COVID-19 han afectado el sueño de los jóvenes atendidos en el servicio público de salud.
La muestra incluye pacientes de 3 a 16 años, y los resultados son reveladores. Al inicio, un 82% de los participantes mostraba alteraciones del sueño, un porcentaje que se mantuvo durante 6 meses. Sin embargo, un año después y coincidiendo con la flexibilización de las medidas, esta cifra disminuyó significativamente al 22%.
Los resultados subrayan el impacto emocional del confinamiento en la población infanto-juvenil, específicamente en su calidad de sueño.
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